Los alimentos y comidas que puedes congelar y los que no
Muchas veces sobra comida y botarla resulta un verdadero
desperdicio. Por ello, te damos algunos tips para que no sigas perdiendo
comida y puedas ahorrar, economizando dinero y recursos.
Hacer una olla de lentejas o porotos puede significar que tu familia coma lo mismo toda la semana, sobre todo si no es tan numerosa. Para que estas comidas no les “salgan por las orejas” y terminen aburriendo a todo el mundo, el mejor consejo es congelarlas y volver a comerlas más adelante.
Según el chef Rafael Parraguéz, todo se puede congelar, solo que algunos alimentos necesitan sellarse al vacío para no perder su textura y forma. “Cuando congelas, el agua que tiene el alimento, se expande, entonces rompe su fibra. Por ejemplo, si congelas arroz, y después lo descongelas, no va a quedar el arroz graneado como lo hiciste la primera vez, sino que te va a quedar más molido”.
El arroz, las tortillas o el puré son alimentos que necesitan sellarse al vacío y en el mercado, existen máquinas especialmente diseñadas para que las personas puedan hacerlo en su propio hogar. Ahora, para aquellos que no tienen esta tecnología en su casa, deben saber que son miles las comidas que sí se pueden meter al congelador en recipientes de plástico.
“Todo lo que sea sopa, cazuela, charquicán, guisos, pollo arvejado, hasta una lasaña se puede congelar. Lo mejor, es que cocinas una vez y te sirve para el mes”. Agrega, “si hiciste un kilo de lentejas, la congelas en potes de plástico y vas sacando durante el mes. La carbonada, los porotos, etc, todo sirve para ir sacando durante la semana”.
Otro buen dato, es congelar los tomates. “Si te compraste un cajón de tomate, ocupaste los más frescos y te empiezas a dar cuenta que no vas a alcanzar a comértelos todos, los congelas y más adelante puedes hacer salsa, ya que como ensalada habrá perdido su textura”.
En cuanto al tiempo que pueden estar las comidas congeladas y conservarse intactas, Parraguéz recomienda que no excedan los dos meses, y en el caso de las verduras, no más de un mes.
También, es recomendable congelar cuando se tienen bebés en la casa que están comenzando a comer sólido, ya que ingieren comen poca cantidad, los colados o las preparaciones que les hagan, se guardan en el refrigerador en pequeños recipientes y se van sacando día a día sin necesidad de volver a cocinar.
Hacer una olla de lentejas o porotos puede significar que tu familia coma lo mismo toda la semana, sobre todo si no es tan numerosa. Para que estas comidas no les “salgan por las orejas” y terminen aburriendo a todo el mundo, el mejor consejo es congelarlas y volver a comerlas más adelante.
Según el chef Rafael Parraguéz, todo se puede congelar, solo que algunos alimentos necesitan sellarse al vacío para no perder su textura y forma. “Cuando congelas, el agua que tiene el alimento, se expande, entonces rompe su fibra. Por ejemplo, si congelas arroz, y después lo descongelas, no va a quedar el arroz graneado como lo hiciste la primera vez, sino que te va a quedar más molido”.
El arroz, las tortillas o el puré son alimentos que necesitan sellarse al vacío y en el mercado, existen máquinas especialmente diseñadas para que las personas puedan hacerlo en su propio hogar. Ahora, para aquellos que no tienen esta tecnología en su casa, deben saber que son miles las comidas que sí se pueden meter al congelador en recipientes de plástico.
“Todo lo que sea sopa, cazuela, charquicán, guisos, pollo arvejado, hasta una lasaña se puede congelar. Lo mejor, es que cocinas una vez y te sirve para el mes”. Agrega, “si hiciste un kilo de lentejas, la congelas en potes de plástico y vas sacando durante el mes. La carbonada, los porotos, etc, todo sirve para ir sacando durante la semana”.
Otro buen dato, es congelar los tomates. “Si te compraste un cajón de tomate, ocupaste los más frescos y te empiezas a dar cuenta que no vas a alcanzar a comértelos todos, los congelas y más adelante puedes hacer salsa, ya que como ensalada habrá perdido su textura”.
En cuanto al tiempo que pueden estar las comidas congeladas y conservarse intactas, Parraguéz recomienda que no excedan los dos meses, y en el caso de las verduras, no más de un mes.
También, es recomendable congelar cuando se tienen bebés en la casa que están comenzando a comer sólido, ya que ingieren comen poca cantidad, los colados o las preparaciones que les hagan, se guardan en el refrigerador en pequeños recipientes y se van sacando día a día sin necesidad de volver a cocinar.
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