Los hitos que han marcado una historia de negligencias en Foxconn
Todo comenzó el día 19 de febrero del año 2010. Aquel viernes, por
primera vez salieron a la luz pública los primeros problemas que
afectaban a los trabajadores de Foxconn, compañía taiwanesa que mantiene
gran cantidad de fábricas alrededor del mundo y que en esa ocasión, fue quemada por sus empleados cuando éstos se vieron forzados a trabajar horas extra sin remuneración.
Literalmente, ésta sería la chispa que inició un incendio enorme que
hasta el día de hoy no se apaga. Hablamos de polémicas y escándalos que
han involucrado a los directivos y trabajadores de la empresa, actual
icono de la malas prácticas laborales que se viven en China y varios
rincones del planeta, al servicio de las grandes compañías tecnológicas
que dominan la cultura occidental.
Y es que Foxconn posee las fábricas que a fin de cuentas, le fabrican
todo a las grandes marcas. Porque no; ni Apple ni Sony tienen grandes
instalaciones llenas de gente ensamblando las tabletas iPad o teléfonos
Xperia, sino que delegan esa tarea, o “el trabajo sucio”, a una
contratista externa, ojalá en un país que permita bajos sueldos y
maximice las ganancias. China es el lugar ideal y Foxconn la que mejor
sirve para la misión.
Dentro de la lista de clientes principales encontramos a:
- Acer
- Amazon
- Apple
- Cisco
- Dell
- Hewlett-Packard (HP)
- Intel
- Microsoft
- Motorola
- Nintendo
- Nokia
- Samsung
- Sony
- Toshiba
- Vizio
Y varios más, responsables del diseño de productos que ocupamos día a día en nuestra vida cotidiana.
La crisis de los trabajadores
Después del 19 de febrero, el segundo hito se produciría el 14 de
mayo de ese mismo año, cuando el mundo se entera que Foxconn había contratado un exorcista para controlar la ola de suicidios
que se estaba dando al interior de la empresa, con cerca de ocho
trabajadores afectados psicológicamente presumiblemente, a raíz de anormalidades laborales que datan desde junio del 2006,
entre las que encontramos, nuevamente, la imposición de hacer hasta 80
horas extra por mes, incluso cuando en China el límite mensual es de 36
horas.
De ahí en adelante todo fue cuesta arriba para Foxconn: un reportero encubierto reveló los secretos de una de sus fábricas,
donde vimos que al mes la gente recibía 132 dólares como sueldo,
voluntariamente haciendo más de 36 horas extras de trabajo al mes, todo
para ganar algo más de dinero para su familia.
Era de esperarse que bajo
este estilo de vida la mente de las personas se trastornara, por lo que
a ola de suicidios continuó, y en la compañía contrataron cerca de 2 mil psiquiatras para tratar a su gente.
Mientras tanto, Apple comunicaba a sus clientes que se sentían “tristes y apenados”
por esta realidad, y Foxconn sorprendió con su ingenio para idear dos
tragi-cómicas soluciones para el problema: obligar a los empleados a firmar contratos de “no-suicidio”, e instalar redes alrededor de los edificios para amortiguar la caída de los potenciales suicidas.
Pero las muertes continuaron, y Foxconn, en su infinita
genialidad, considera poner a un millón de robots en las líneas de producción, porque éstos no se suicidan. La mala suerte también rondaba a la compañía, y un par de explosiones en algunas instalaciones dejan muchos trabajadores heridos, todo por culpa del iPad. Más encima, y pese a sus prácticas, Foxconn pasa malos momentos económicos.
Pero eso no era todo lo que tenían para mostrarnos, y en un
show rodeado por la desgracia, se organizaron reuniones de trabajadores para subirles el ánimo, aparecen los primeros casos de menores de edad trabajando en las líneas de producción y una nueva explosión ahora deja dos muertos.
Por su lado, Terry Gou, CEO de la empresa, tenía un par de cartas bajo la manga para sorprendernos aún mas: se negaron las acusaciones de maltrato hacia los trabajadores y para rematar, se dijo que “
administrar un millón de animales da dolor de cabeza“, aludiendo al millón de personas que emplea la compañía. Todo esto, en medio de numerosas huelgas y paralizaciones que de vez en cuando organizaban las personas más desposeídas.
La presión de la opinión pública aumentó, no sólo afectando a
Foxconn, sino que uno de sus principales y exitosos clientes; Apple,
quien comenzó una campaña para limpiar su imagen y asegurarles a sus
clientes que todo estaba bien, para que
no sientan cargo de conciencia por comprar productos con la manzana mordida por detrás. Tim Cook, CEO de Apple, aseguró primero que ellos “se preocupan de todos sus trabajadores“, en medio de un aumento de sueldo para los empleados al que se sumó un compromiso de ambas empresas para mejorar las condiciones laborales, resultando en que Apple asumiría el costo del aumento de los salarios. Esto, en definitiva, resolvió algunos problemas en China, poniendo paños fríos a la situación.
Pero la calma duró poco tiempo, pues recientemente salió a la luz el
funcionamiento de un extraño sistema de “internados” para alumnos de
escuelas en China, los que son llevados por obligación a trabajar por
tres meses y medio a las fábricas, pagándose 244 dólares al mes para
cumplir metas de producción, las que misteriosamente se convierten en
créditos académicos exigidos en las escuelas.
Esto resultó en que menores de hasta 14 años de edad estuvieran trabajando
ensamblando productos, en una situación que hasta ahora está siendo
investigada y revive suspicacias acerca de si las cosas mejoraron o no
en la empresa.
¿De quién es la culpa?
Acá no debemos confundirnos. A simple vista, parece ser que Foxconn
es un infierno en la Tierra que explota jóvenes y niños a través de una
actividad laboral inhumana, y de cierta forma,
es verdad. Sin embargo, la empresa en sí no es la responsable total de esta cruda realidad, y si pueden ejercer sus actividades,
es porque vivimos en un mundo que permite hacerlo.
Porque si no es Foxconn, sería otra, y si no fuera ésa, otra más surgiría, en una historia de nunca acabar.
¿Ya ven cuál es el problema? Existe una necesidad en el mercado,
cuando compañías de occidente compiten ferozmente y uno de los ámbitos
más importantes en dicha competencia, es obtener
precios bajos.
Los consumidores siempre reclamamos por el precio de las cosas, y las
empresas nos escuchan. Pero para lograr un bajo valor de venta, es
necesario recortar en las líneas de producción, y la mano de obra es uno
de los aspectos donde más se economiza, especialmente cuando existen
lugares como China que permiten el pago de sueldos ridículos a sus
empleados.
¿Estaríamos dispuestos nosotros, como clientes, a subvencionar el
sueldo de la gente en Foxconn? Cuando el problema es tan complejo como
el actual y el sistema económico de libre competencia y bajos precios
tan arraigado en la sociedad, una solución simple se ve
difícil. Mientras no ocurra, existirán una y mil Foxconn, no solamente
en China, sino que también en el país de turno que permita los sueldos más bajos.